En Mateo 18:14, Jesús nos deja un mensaje profundo sobre Su amor y cuidado por los más pequeños:"Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños."
Este versículo refleja el corazón de Dios hacia los niños. Cada uno de ellos es especial para Él, y Su deseo es que todos conozcan Su amor y reciban el regalo de la salvación. Hoy queremos reflexionar sobre la importancia de alcanzar a los niños con el evangelio y cómo podemos cumplir con este llamado.
1. Dios ama profundamente a los niños
Jesús nos mostró Su amor incondicional por los niños cuando los invitó a acercarse a Él, a pesar de que algunos querían alejarlos. Para Dios, los niños no son simplemente pequeños miembros de la familia; son un tesoro valioso, dignos de toda nuestra atención y cuidado espiritual.
Dios no quiere que ninguno de ellos se pierda. Su corazón anhela que los niños crezcan conociendo Su amor, Su verdad y Su plan para sus vidas.
2. Los niños necesitan escuchar el evangelio
Aunque son pequeños, los niños también enfrentan desafíos, temores y problemas. Desde temprana edad, necesitan saber que hay un Dios que los ama, que los cuida y que tiene un propósito para ellos.
Cuando compartimos el evangelio con un niño, le estamos dando una esperanza que perdurará toda la vida. Estamos plantando una semilla que, en el tiempo de Dios, dará fruto eterno.
3. Es nuestra responsabilidad como cristianos
Jesús nos llama a ser como pastores que buscan a la oveja perdida (Mateo 18:12-13). Así como un pastor no descansa hasta encontrar a la oveja que se ha extraviado, nosotros tampoco debemos descansar hasta llevar a cada niño al conocimiento de Cristo.
Evangelizar a los niños no es solo una opción; es una responsabilidad que tenemos como iglesia. Cada uno de nosotros puede marcar la diferencia en la vida de un niño al compartir el amor de Dios con ellos.
4. ¿Cómo podemos hacerlo?
En APEN México, usamos herramientas creativas y prácticas para enseñar el evangelio a los niños. Algunas ideas incluyen:
Historias bíblicas: Contarles parábolas como la de la oveja perdida para que comprendan el amor de Dios.
Juegos y dinámicas: Actividades que les permitan aprender mientras se divierten.
Materiales visuales: Como los colores del evangelio, que explican de forma sencilla el mensaje de salvación.
Clases y programas: Enseñarles con lecciones adaptadas a su edad, como las que ofrece APEN.
Conclusión
Dios no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda. Al compartir el evangelio con los niños, estamos participando en Su plan perfecto, llevándolos al amor y la salvación que solo Jesús puede ofrecer.
Jesús nos llama a cuidar de los niños y a guiarlos hacia Él. ¡Qué privilegio más grande tenemos de ser parte de Su obra en sus vidas!
"Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños" (Mateo 18:14).
¿Te gustaría ser parte de esta misión? ¡Contáctanos para recibir herramientas y recursos que te ayudarán a llevar el evangelio a los niños en tu comunidad!
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